Entradas

Mostrando las entradas de julio, 2017

SOBREVIVIENDO AL TERREMOTO.

Imagen
Habiendo descrito en un post anterior el concepto y características de la alta demanda sigo con el tema, ahora describiendo a grandes rasgos cómo ha sido vivirlo día a día con un terremoto que no para en ningún momento queriendo comerse al mundo desde ya! "¿Ojos de paloma sigue aún despierta?" Era la pregunta que con frecuencia hacía mi mamá mientras observaba a una bebé que con escasos meses de nacida ya había dado señales de ser alto demandante, la llamaba ojos de paloma porque decía que eran oscuros, siempre abiertos, redondos y a la expectativa, queriendo descubrir algo más, siempre más... Los primeros meses yo ya no sabía si era mejor el día o la noche, total, terremoto no tenia compasión de mi y quería mi atención en todo momento, ¡todo! no aceptaba otros brazos por más de dos minutos y mucho menos una cuna, sus siestas eran de diez  minutos y si deseaba que durmiera más entonces mis brazos se convertían en su mejor arrullo por más tiempo a cambio de un dolor de espal

SOMOS EJEMPLO, SON NUESTRO ESPEJO.

Dicen que uno siembra lo que cosecha, que lo que das recibes; que el amor no se exige, se gana. Hace poco viví algo maravilloso para cualquier mamá, jamás olvidaré el momento... Era de esos días en que el tiempo apremia, debía salir a realizar varias actividades y mi "todo terreno" no facilitaba las cosas, trataba de vestirla mientras ella corría por la casa divertida escapando de mi, el desayuno aún no estaba del todo listo y yo empijamada y descalza implorando por tomar esa taza de café que cada mañana es mi mejor aliada. Mientras "todo terreno" se escondía en su casita de campaña para no ser alcanzada por mi, me puse a buscar mis pantuflas cuando de pronto y despistada por ir pensando en todos los pendientes por hacer topé con un mueble al mismo tiempo que caía un juguete algo pesado sobre mi pie descalzo. ¡Aaaayyy!, fue el grito que hizo salir a mi pequeña escapista de su escondite. Me encontró sentada con los ojos llorosos y mi cara de angustia que se quedaba